Es tranquilo esta mañana. Nadie está despierto… y no es temprano. Un poco diferente de ayer. Podía sentir como desilusión después de toda la actividad, pero este año para mí, siento paz.
Fue un buen día ayer – no perfecto, no exento de momentos de tensión, faltaban algunas personas especiales, pero un buen día. Una reflexión de Navidad comenzó la mañana; abrazos familiares, sonrisas y regalos bien pensados endulzaron las horas, deliciosas comidas y postres caseros llenaron cada lugar vacío, juegos divertidos causaron muchas risas, padre e hijo tocando música juntos terminó la noche… un buen día en total.
Me siento reflexiva en este inusual silencio. Recordando los días pasados. En este época del año pasado, mi mamá acababa de oír de su cáncer terminal… pero ella estaba con nosotros este año… más débil, más delgada, pero sin dejar de sonreír y hornear y comprar detallitos… ella es un regalo para nosotros.
Este año trajo viajes a lugares extranjeros – África, Turquía, el Reino Unido – donde nunca había estado antes. Nuevos amigos. Equipos. Grandes líderes. Esperanza para las naciones. Me encanta mi trabajo.
Hicimos nuevos amigos. También familiares y amigos de mucho tiempo nos visitaron en la Florida. Comenzamos la aventura de explorar nuestro nuevo hogar. Espero que muchos más vengan y pasen tiempo con nosotros en nuestro nuevo lugar en el próximo año.
Nuestros hijos asumieron nuevos desafíos… y me asombraron con sus logros. Son verdaderamente dotados y bendecidos. No puedo vivir vicariamente a través de ellos, porque yo nunca imaginé haciendo las cosas que hacen. Estoy orgullosa de ellos y de sus sueños.
Tuvimos que decir adiós de nuevo. El padre de Steve se unió a su madre en la eternidad. Cantamos su canción favorita anoche y lloramos un poco. Antes en el día, mi cuñado voló a ayudar a su madre que acaba de perder a su marido. Los adiós son difíciles. Los recuerdos ayudan a sanar el corazón.
He sentido mucho mayor este año. Físicamente ha sido más difícil mantener la salud y tomar decisiones sabias. Asusta pensar que sólo se va a poner más difícil. Ver a mi padre fallar y el tomar las decisiones difíciles para su cuidado con mis hermanos nos está estirando.
Con todo, estoy en paz con este año. Elegí “coraje” como mi palabra para el 2013 y lo he necesitado todo el año. Lo he visto demostrado en otras personas. Fue una buena elección.
Ya estoy pensando en el año que viene.
Y para ti… ¿Cómo fue tu año 2013? ¿Estás listo para el 2014?