getting ready

Photo credit: Unsplash – les-argonautes

What does it take to get ready for a new endeavor?

Tomorrow we fly to Spain to walk the Camino de Santiago. We are not carrying all our belongings and are doing only a short portion of the trek, but this still requires preparation.

We’ve been getting ready physically, walking regularly, occasionally long distances, and even hills when possible.

We’ve purchased our gear, the recommended “wicking” fabrics, and taking special care to break in the socks and shoes that will – hopefully (!) – prevent blisters. We have backpacks and rain gear to cover them. (Right now, the weather forecast looks like rain every day.) Everything fits in a carry-on for easy transport.

Relational prep has included connecting on WhatsApp with the people in our group, seeing photos, learning names and some personal details. We look forward to deeper conversations on the journey.

Spiritually preparing, we read The Way is Made by Walking by Arthur Paul Boers and are opening our hearts to whatever God has for us on this adventure. We are praying, asking others to pray, and asking for prayer requests from others so we can pray for them on the walk.

We are also preparing emotionally, lightly guarding expectations, being ready for the unexpected (and possibly unwanted circumstances) while excitedly anticipating this long-time dream experience.

I feel ready. As I think about this, I recognize how intentionally and thoroughly I prepared for this challenge. Sometimes, I’ve done this for some “big things,” but often, I don’t leave margin to prepare this way for others.

What difference would it make if I took time to check that I was prepared physically, logistically, emotionally, relationally, and spiritually for whatever I undertake?

It might not require as much time as this trip, but what if I intentionally checked in on each of those areas? What if I made time to pray over all and everyone involved?

I feel I’ve learned something already before even starting to walk.

How do you prepare for a challenge, experience, or adventure?


preparándonos

¿Qué se necesita para estar listo para un nuevo esfuerzo?

Mañana volamos a España para andar en el Camino de Santiago. No llevamos todas nuestras pertenencias y vamos a cumplir solo una pequeña parte de la caminata, pero esto aún requiere preparación.

Nos hemos preparado físicamente – caminando regularmente, ocasionalmente largas distancias e incluso colinas cuando era posible.

Hemos comprado nuestro equipo, las telas “no-absorbentes” recomendadas y hemos tenido cuidado especial de quitar el nuevo de los calcetines y los zapatos que, con suerte (!), evitarán las ampollas. Tenemos mochilas y ropa de lluvia para cubrirlos. (En este momento, el pronóstico del tiempo dice lluvia todos los días). Todo cabe en un equipaje de mano para facilitar el transporte.

La preparación relacional ha incluido conectarnos en WhatsApp con las personas de nuestro grupo, ver fotos, aprender nombres y algunos detalles personales. Esperamos conversaciones más profundas en el viaje.

Preparándonos espiritualmente, leemos “Se hace camino al andar” de Arthur Paul Boers y estamos abriendo nuestro corazón a lo que Dios tiene para nosotros en esta aventura. Estamos orando, pidiendo a otros que oren y pidiendo peticiones de oración de otros para poder orar por ellos en la caminata.

También nos estamos preparando emocionalmente, ligeramente protegiendo las expectativas, anticipando las circunstancias no esperadas (y posiblemente no deseadas) mientras anticipamos con entusiasmo esta experiencia de los sueños.

Estoy lista. Al pensar en esto, reconozco cuán intencional y minuciosamente me preparé para este desafío. A veces, he hecho esto para algunas “grandes cosas”, pero a menudo no dejo margen suficiente para prepararme de esta manera para otros.

¿Qué diferencia haría si me tomara el tiempo para asegurar que estoy preparada física, logística, emocional, relacional y espiritualmente para cualquier cosa que emprenda?

Puede que no me requiera tanto tiempo como este viaje, pero ¿qué pasaría si revisara intencionalmente cada una de esas áreas? ¿Qué pasaría si me tomara el tiempo para orar por todo y por cada una de las personas involucradas?

Siento que ya he aprendido algo incluso antes de comenzar a caminar.

¿Cómo te preparas para un desafío, una experiencia o una aventura?

my love-hate relationship with pruning

I do not like to prune away living parts of the plants in my garden. It is difficult for me to give up on a straggly, bloomless piece that might miraculously survive. Or end the growth possibilities of a wayward stray or a growing-crazy-over-everything healthy branch. I can cut off the harvest, no problem. But to trim away something just to toss it away (compost it, really), well, that is hard for me.

I’ve learned to do this because it is good for the plants. The trimming clears the dead weight, frees up breathing room, lessens the overgrown craziness, and provides nutrients for young tender shoots. Gardeners know it is crucial and necessary work. As we cut away, we trust the new life to develop even stronger.

This morning, that undesirable work reminded me of other areas of my life.

I also have difficulty tossing items away in my home – things I’ve never used, don’t like, or that don’t fit into today’s rhythms and lifestyle. Now, that can have a good side. I avoid filling the landfill and recycle, reuse, and repurpose all I can. But I’m talking about letting go of things that take up space, cause clutter, or I’m still hoping I might use some day.

Those things could be better used by others. When I clear them away, I have less clutter, fewer distractions, and more white space in my closets. Maybe even less guilt.

This is also true in my work. As I take on new roles, sometimes the most challenging task is not the learning of new protocols or systems, but the letting go of what I used to do. (And did well.)

Giving away some of my previous work makes room for my new tasks. Saying “no” to some requests gives up-and-coming leaders opportunities to develop. Putting aside old priorities creates breathing room for thinking and praying and new people’s needs.

It isn’t always obvious what needs to be pruned. There can still be life and health there. Not all that should be pruned is dead or useless. But that trimming back, that letting things go, makes room for new growth – for me and for others… and for my plants.

Pruning is challenging but necessary and life-giving work.

How do you feel about pruning? What helps you let go and say “no” when it is a good thing to do?


mi relación de amor-odio con la poda

No me gusta podar las partes vivas de las plantas de mi jardín. Es difícil darme por vencida con una pieza desordenada y sin flores que pudiera sobrevivir milagrosamente. O poner fin a las posibilidades de crecimiento de un extraviado díscolo o de una rama saludable que crece como loca por todos lados. Puedo cortar la cosecha, sin problema. Pero recortar algo solo para tirarlo (realmente compostarlo), bueno, eso es difícil para mí.

He aprendido a hacer esto porque es bueno para las plantas. El recorte elimina el peso del muerto, libera espacio para el aire, disminuye la locura y proporciona nutrientes a los brotes jóvenes y tiernos. Los jardineros saben que es un trabajo crucial y necesario. A medida que cortamos, confiamos en que la nueva vida se desarrollará aún más fuerte.

Esta mañana, ese trabajo indeseable me recordó otras áreas de mi vida.

También tengo dificultad para tirar artículos en mi casa, cosas que nunca he usado, que no me gustan o que no encajan en los ritmos y el estilo de vida de hoy. Eso puede tener un lado bueno. Evito llenar el vertedero y reciclo, reutilizo y o doy nuevo propósito a todo lo que puedo. Pero estoy hablando de dejar de lado las cosas que solo ocupan espacio y causan desorden, o todavía espero poder usarlas algún día.

Esas cosas podrían ser mejor utilizadas por otros. Cuando los elimino, tengo menos desorden, menos distracciones y más “espacio blanco” en mis armarios. Tal vez incluso menos culpa.

Esto también es cierto en mi trabajo. A medida que asumo nuevos roles, a veces la tarea más desafiante no es aprender los nuevos protocolos o sistemas, sino dejar atrás lo que solía hacer. (Y que hice bien).

Regalar parte de mi trabajo anterior deja energía para mis nuevas tareas. Decir “no” a algunas solicitudes brinda a los líderes emergentes oportunidades para desarrollarse. Poner a un lado las viejas prioridades crea un respiro para pensar y orar y proveer para las necesidades de nuevas personas.

No siempre es obvio lo que necesita ser podado. Todavía puede haber vida y salud allí. No todo lo que se debe podar está muerto o es inútil. Pero ese recorte, ese dejar que las cosas vayan, deja espacio para un nuevo crecimiento, para mí, para los demás… y para mis plantas.

La poda es un trabajo desafiante pero necesario y que da vida.

¿Cómo te sientes acerca de la poda? ¿Qué te ayuda a soltar y decir “no” cuando es bueno hacerlo?

make me magnanimous

I like to learn new words. I like word games – Wordle, Scrabble, Banagrams, and my recent favorite, the New York Times (NYT) Spelling Bee. My mom was a crossword puzzle genius. I may have only a tiny percentage of her ability, but I love that we are connected that way.

I like reading and writing. I enjoy keeping my mind challenged and building my vocabulary. Whether at work or at home, I recognize the power of words and communications, both verbal and written.

One email I enjoy receiving is the “Word of the Day,” and this is the word that showed up in my box recently:

WORD OF THE DAY
Magnanimous [ mag-nan-uh-muhs ] adjective

1. generous in forgiving an insult or injury; free from petty resentfulness or vindictiveness
2. high-minded; noble

Examples of magnanimous in a sentence:

1. The magnanimous philanthropist donated millions of dollars to charity.
2. The magnanimous queen pardoned her enemies and showed mercy to all.

What a great word! Wouldn’t you want to be known as a magnanimous person?

Generous. Forgiving. Not petty. High-minded. Noble.

Wow.

All I could think of was how much our world needs more magnanimous people today. How I long for more magnanimous people in my life. And how I desire to be a more magnanimous person.

What would that take? For me, not holding on to hurt. Not being so critical of people. Joyfully generous whenever possible. Trusting God to care for my heart and meet my needs rather than expecting – demanding – that of others.

That sounds difficult – but not impossible. At least if I have the word in my head, I might attempt to live it out more often.

Want to attempt it with me? What would it take for you to be magnanimous?


Me gusta aprender nuevas palabras. Me gustan los juegos de palabras: Wordle, Scrabble, Banagrams y mi favorito reciente, el Spelling Bee del New York Times (NYT). Mi mamá era una genio de los crucigramas. Puede que solo tenga un pequeño porcentaje de su habilidad, pero me encanta que estemos conectados de esa manera.

Me gusta leer y escribir. Disfruto mantener mi mente desafiada y construir mi vocabulario. Ya sea en el trabajo o en casa, reconozco el poder de las palabras y las comunicaciones, tanto verbales como escritas.

Un correo electrónico que disfruto recibir es la “Palabra del día” y esta es la palabra que apareció en mi inbox recientemente:


PALABRA DEL DIA

Magnánimo [adjetivo]

  1. generoso en perdonar un insulto o injuria; libre de mezquinos, resentimientos o venganzas
  2. de principios altos; noble

Ejemplos de magnánimo en una oración:

  1. El magnánimo filántropo donó millones de dólares a obras de caridad.
  2. La reina magnánima perdonó a sus enemigos y mostró misericordia a todos.

¡Qué gran palabra! ¿No te gustaría ser conocido como una persona magnánima?

Generoso. Perdonador. No mezquino. Misericordioso. Noble.

Guau.

Todo lo que podía pensar era cuánto nuestro mundo necesita más gente magnánima hoy. Cómo anhelo más personas magnánimas en mi vida. Y cómo deseo ser una persona más magnánima.

¿Qué tomaría eso? Para mí, no aferrarme al dolor. No ser tan crítica con las personas. Ser gozosamente generosa siempre que sea posible. Confiar en Dios para que cuide mi corazón y satisfaga mis necesidades en lugar de esperar, hasta exigirlo, de los demás.

Eso suena difícil, pero no imposible. Al menos si tengo la palabra en mi cabeza, podría intentar vivirla más a menudo.

¿Quieres intentarlo conmigo? ¿Qué necesitarías cambiar para ser magnánimo?

walking with the Way

I am preparing to walk a section of the Camino de Santiago in Spain in a few weeks. My husband and I are walking many miles each week as part of our physical endurance preparation. We are also reading “The Way is Made By Walking,” by Arthur Paul Boers, as part of our heart preparation.

The book is written by a fellow Camino pilgrim. I am a few chapters in, and the author has drawn me in with his stories and reflections. Today, in one of the chapters, he shared the Christian roots of pilgrimage and the traditions of many who traveled before us. These words challenged me and encouraged me.

God is a moving target… We need constantly to look for — and stay on the move for — God. This search keeps us unsettled. Deity is not easily tied down. Biblical faith is wary of confining divine presence too closely to one place or building, land or sactuaary, race or nation. Faithful people are repeatedly and providentially called to go elsewhere, be displaced and meet –even be — strangers, all in order to encounter our Creator more fully.

I have often felt that God is a moving target, and I have felt unsettled. But my seeking journeys, whether geographical or at a soul level, have led to personal growth and a closer connection with Him. When I step out of my comfort zone and when I am honest about questions, doubts, and disappointments from unanswered prayers, I always sense Him still walking beside me, present with me, lovingly and compassionately inviting me to continue on with Him.

Walking involves straining on the hills, stumbling over rocks, sloshing, and sliding through water and mud. It also includes warm sunbeams filtered through cool shade trees, sweet-scented blooms, and the serenade of the birds’ song in the high-above branches.

Our faith walk is similar – unknowns, challenges, discoveries, and joys. Following Jesus, one day – one step – at a time. It is ok to be unsettled. It is ok to feel displaced. This is a life-long journey. Let’s keep walking.

How has your journey been going?


En español:

Me estoy preparando para caminar un tramo del Camino de Santiago en España en unas semanas. Mi esposo y yo caminamos muchas millas cada semana como parte de nuestra preparación de resistencia física. También estamos leyendo “El camino se hace caminando”, de Arthur Paul Boers, como parte de la preparación de nuestro corazón.

El libro está escrito por un compañero peregrino del Camino. Llevo algunos capítulos y el autor me ha atraído con sus historias y reflexiones. Hoy, en uno de los capítulos, compartió las raíces cristianas de la peregrinación y las tradiciones de muchos que viajaron antes que nosotros. Estas palabras me desafiaron y me alentaron.

Dios es un blanco en movimiento… Necesitamos buscar constantemente a Dios y mantenernos en movimiento. Esta búsqueda nos mantiene inquietos. La deidad no se ata fácilmente. La fe bíblica tiene cuidado de limitar demasiado la presencia divina a un lugar o edificio, tierra o santuario, raza o nación. Los fieles son llamados repetida y providencialmente a ir a otros lugares, ser desplazados y encontrarse, incluso ser, extranjeros, todo para encontrar más plenamente a nuestro Creador.

A menudo he sentido que Dios es un blanco en movimiento y me he sentido inquieto. Pero mis viajes de búsqueda, ya sean geográficos o a nivel del alma, me han llevado al crecimiento personal y a una conexión más cercana con Él. Cuando salgo de mi zona de confort y cuando soy honesta acerca de las preguntas, dudas y desilusiones de las oraciones sin respuesta, siempre lo siento caminando a mi lado, presente conmigo, invitándome amorosa y compasivamente a continuar con Él.

Caminar implica esforzarse en las colinas, tropezar con las rocas, chapotear y deslizarse por el agua y el barro. También incluye cálidos rayos de sol filtrados a través de la fresca sombra de los árboles, flores de dulce aroma y la serenata del canto de los pájaros en las ramas altas.

Nuestro camino de fe es similar: cosas desconocidas, desafíos, descubrimientos y alegrías. Siguiendo a Jesús, cada día, un paso a la vez. Está bien estar inquieto. Está bien sentirse desplazado. Este es un viaje de toda la vida. Sigamos caminando.

¿Cómo ha ido tu viaje?

en esto a largo plazo

mountain run david-marcu-8TJbrQGKFyU-unsplash

Image credit: David Marcu on Unsplash

Abre la cuidad. Ciérrela otra vez. Usa una máscara. El virus COVID es una broma.

No importa lo que creamos al respecto, no cabe duda de que el COVID-19 ha cambiado nuestras vidas para siempre. Continúa afectando nuestra existencia diaria y nuestros planes para el futuro. Incluso aún si no estamos dispuestos a hacer ajustes en la vida personal, el virus inevitablemente afectará a nuestra familia y a los amigos en su salud (física, emocional, mental), seguridad laboral, acceso a viajar, celebraciones o en algún otro aspecto. Es inevitable.

Mi familia y los amigos han sufrido de muchas maneras y me he sentido preocupada, triste, frustrada, aislada, limitada y muchas emociones más durante los últimos meses.

Esto no terminará pronto.

Entonces, ¿qué hacemos ahora? ¿Cómo nos preparamos para la nueva realidad? ¿Cómo encontramos fuerza para los efectos – emocionales, físicas, relacionales, espirituales – de esta pandemia a largo plazo?

CUIDADO PERSONAL

Esta es la primera área que muchos expertos mencionan. Reconozco la necesidad de volver a estos conceptos básicos una y otra vez. Beber agua suficiente. Comer menos comida rápida. Salir afuera. Hacer ejercicio. Dormir suficiente. De vez en cuando, hacer algo especial que disfrutes. Orar.

Nuestros cuerpos no funcionan bajo el estrés por mucho tiempo sin pagar el precio. No podemos correr este maratón con la salud física, los pensamientos claros y los procesos creativos necesarios sin una nutrición y los cuidados adecuados.

RELACIONES

Tampoco estamos creados para vivir solos. Nos necesitamos unos a los otros, tanto por el amor, el consuelo, el disfrutar de actividades juntos, etc., como también para que nos enseñen, nos exponan a diferentes perspectivas, nos desafien y nos muestren la esencia completa de Dios. No podemos rodearnos solo de aquellos que son similares a nosotros o perdemos partes esenciales de la imagen completa de la humanidad.

Estos son días perfectos para abrir nuestras mentes con humildad, respeto y auténtidad y también expandir nuestras conversaciones para incluir diferentes perspectivas, fuentes de información y opiniones. Necesitamos una diversidad de ideas excelentes para construir juntos las mejoras y los cambios que requiere nuestro mundo futuro.

HACER UNA CONTRIBUCIÓN POSITIVA

Muchos necesitan ayuda hoy. En todo el mundo, muchos niños tienen hambre y carecen de agua limpia. Las víctimas del tráfico humano y los falsamente acusados ​​esperan la libertad. Los desastres naturales y las corporaciones poco éticas causan estragos en nuestro medio ambiente. La violencia roba vidas inocentes. La gente muere sin perdón y sin esperanza eterna.

Mucho que hacer. Tantos lugares donde las personas compasivas, enérgicas, sacrificadas y comprometidas pueden marcar la diferencia mediante el uso de sus habilidades, recursos financieros, trabajo en red, sean cuales sean los dones que tienen para ofrecer.

Cuando no sabemos qué hacer, podemos hacer preguntas. Podemos investigar. Podemos aprender. Podemos unirnos si tenemos miedo de actuar solos. Incluso cuando no tenemos mucho, cada poco que ofrecemos es una bendición.

Estamos en esto a largo plazo. No te canses. No te rindas. Necesitamos estar lo más saludables posible para que también podamos amar y apoyar a los demás en el camino.

¿Cómo te mantienes bien y estable durante estos tiempos difíciles?¿Cómo estás ayudando a los demás?

la fatiga es real

sad pug matthew-henry-6x-hVXXiBxs-unsplash (2)

Bueno… ya hemos estado en esto del virus desde hace un tiempo y nos estamos desgastando. La adrenalina que comenzó ha desaparecido – como debería, pues no fuimos creados para vivir con una descarga constante de adrenalina.

Al principio, aceptamos la novedad de nuestras nuevas realidades, usando la creatividad y la tecnología para sobrevivir, pero eso también se ha vuelto viejo. Ahora, el aislamiento, el confinamiento, los desórdenes, las incógnitas y las pérdidas se están acumulando… y suman mucho cansancio. Así que comencé a hacer una lista de algunos de los responsables del agotamiento.

La fatiga del Zoom

Cuando utilizamos la misma plataforma para todo (reuniones de trabajo y uno a uno, socialización y fiestas virtuales, eventos familiares, servicios religiosos, clases en línea, citas con médicos y tal vez asesoramiento), no tenemos cambios de contexto y nos encontramos sentados demasiado tiempo. Además, los retrasos de audio, los efectos visuales “congelados” y los errores del botón de silencio crean agitación mental. La visión propia asegura una autocrítica continua y la vista de fondo de la casa puede causar una comparación social. La falta de contacto visual (¿veo las caras de la pantalla o la cámara?) y la mirada directa grupal es anormal y relacionalmente agotadora.

La fatiga de información

No sé de ustedes, pero he pasado de leer vorazmente y hablar constantemente sobre cada detalle del coronavirus 2 (SARS-CoV-2) a no querer ver otro cuadro, gráfico, estadística, comentario o video de cómo lavarse las manos por COVID-19. Mi cabeza está llena de información contradictoria, siempre cambiante, que genera ansiedad, causa conflictos y no tengo la energía para ingresar más datos en mi cerebro.

La fatiga de hacer decisiones

Pareciera que todas las elecciones anteriormente simples se han vuelto demasiado complejas y complicadas. Ir a la tienda o al mercado ahora requiere considerar todos los lineamientos de seguridad y evaluar el riesgo de contraer el virus o, aún más preocupante, la posibilidad de transmitirlo a otra persona. ¿Es seguro ir a cortarme el pelo o ir al dentista? ¿Me pongo un cubre bocas? ¿Cómo puedo apoyar a los negocios locales y a las personas en necesidad?

La fatiga del incertidumbre 

Digo “No sé” o “Nadie lo sabe” constantemente. La mayoría de nuestros planes están en espera sin una dirección clara a la vista. Escribimos los eventos en el calendario con lápiz, mantenemos ansiosamente las esperanzas del trabajo y nos preocupamos por la economía. ¿Cuándo volveremos a ser como antes? ¿Cuál será la nueva “normalidad”? ¿Cómo cambiará nuestro mundo para siempre?

Podría seguir y seguir…

  • La fatiga del aislamiento
  • La fatiga de nada de tiempo a solas
  • La fatiga del desorden en casa
  • La fatiga del aburrimiento
  • La fatiga de las preocupaciones
  • La fatiga del miedo
  • La fatiga de estar en casa 

Dicen que el primer paso hacia la curación es nombrar el dolor. Es útil darse cuenta de cuánta presión cae sobre nuestros hombros cada día. Nuestro mundo es muy diferente al de hace solo unos meses.

Cuando reconozco el esfuerzo que estoy haciendo cada día, puedo darme gracia cuando no puedo ver a través de la niebla en mi cerebro, cuando estoy malhumorada, o cuando lloro sin motivo. También puedo darme permiso fácilmente para tomar un descanso o ignorar la “lista de cosas que debo hacer”. También puedo dar esa misma gracia y ánimo a los demás.

¿Qué te está causando fatiga? ¿Cómo puedes darte gracia y ánimo a ti mismo o a los demás?

es un poco complicado

Crédito: helena-lopes-PGnqT0rXWLs-unsplash

En 2014, redujimos el tamaño de nuestra casa cambiando a un condominio como nuevos padres del “nido vacío”. Todos nuestros hijos vivían en otros estados y queríamos un lugar más pequeño, fácil de cuidar y seguro para viajar, para nuestra nueva etapa de la vida. Teníamos una oficina, una habitación de invitados y una combinación de cocina/sala de estar de concepto abierto, suficiente para nosotros dos.

Avancemos rápidamente hasta 2020… el coronavirus ha cambiado la situación a que cuatro de nosotros estamos viviendo y trabajando desde nuestra pequeña casa, a menudo con una adicional y su dulce perrita tipo beagle durmiendo en el sofá. Los escritorios de oficina están ya en el pasillo. El dormitorio de invitados se ha convertido en un estudio de grabación. El concepto abierto en la planta baja juega tira y afloja entre dormitorio y las interrupciones del café de la mañana y las vespertinas de televisión con la familia. La educación en línea y las llamadas en conferencia buscan desesperadamente por espacios tranquilos y se batallan por mas ancho de banda.

La vida ha cambiado dramaticamente.

Somos una familia que se ama profundamente y somos conocidos como unos que requieren poca atención cuando residimos temporalmente en lugares fuera de casa.

Pero esto es diferente.

Esto no es una vacación o una visita amistosa voluntaria. Aunque algunos de nosotros habíamos elegido vivir juntos antes de la crisis del virus, ahora este acuerdo lleva el descriptor de “tenemos que“. Tenemos que permanecer adentro lejos de los demás, tenemos que ir a la escuela y trabajar desde casa, tenemos que hacer esto por… nadie sabe cuánto tiempo.

Y estamos todos juntos en este lugar con las presiones adicionales de los temores del desconocido, los problemas de salud, los desafíos de obtener alimentos y suministros, las separaciones de amigos y las restricciones de las rutinas que nos dan vida.

Todos nos estamos ajustando a nuestra manera. Nuestras personalidades y preferencias se topan unas con otras ocasionalmente. Bueno, a menudo. Algunos se sienten solos. Otros, claustrofóbicos. Algunos temen que serán la causa de la enfermedad familiar.

Existen muchos sentimientos más
que ni siquiera se pueden identificar todavía.

Una cosa en común entre todos nosotros: estamos comprometidos a superar esto juntos y superarlo después de haber aprendido y crecido, y – con la gracia de Dios – salir del otro lado como mejores personas los unos para los otros y para nuestro mundo.

Algunas de las cosas que han sido de ayuda hasta ahora:

  • La comunicación: Tener una “plática de casa” – Preguntamos ¿Cómo estamos todos emocionalmente, logísticamente? Hablamos de nuestros sentimientos y también de cuánto de la interacción externa y las invitaciones internas nos hacen sentir incómodos. Tenemos la intención de reunirnos de esta manera regularmente para evaluar el bienestar de todos.
  • La resolución de los conflictos: Nombramos los problemas. Cada uno de nosotros es muy diferente y respondemos de manera diferente al estrés. Queremos darnos gracia el uno al otro y no esperar que todos reaccionemos de la misma manera. Estamos intentando resolver las irritaciones y las faltas de comunicación rápidamente.
  • La consistencia: He leído que los horarios regulares de vigilia y devoción/reflexión, de ejercicio y alimentación, en la medida de lo posible, son útiles cuando están confinados en el hogar.
  • La creatividad: A medida que consideramos nuevas opciones, han surgido nuevas formas digitales de trabajo y educación, nuevos métodos de compra en línea, nuevos arreglos de los muebles de la casa y experimentos interesantes con nuevas recetas para usar lo que está a la mano.
  • Las conexiones: El uso de la tecnología visual para conectarnos con amigos y familiares no llena nuestro vacío de distanciamiento social, pero nos ayuda a ver realmente las sonrisas… y las lágrimas. Oramos por quienes nos cuidan con las atenciones médicas, los que realizan trabajos esenciales y los que se enferman o los que intentan desesperadamente evitar ese riesgo.
  • La creación y el sol: Estamos saliendo lo más posible. Para algunos de ustedes, una ventana abierta de corta duración puede ser todo lo que pueden manejar. Unas respiraciones profundas mientras estoy allí disminuyen mi ritmo cardíaco y calman mi alma.

Estoy seguro de que tu vida ha cambiado bastante en las últimas semanas. ¿Qué te ayuda a manejar tu nueva realidad?

el miedo y la fe

Cómo ha cambiado el mundo en unas pocas semanas. Hemos descrito nuestro entorno global como volátil, incierto, complejo y ambigu (VUCA en inglés) desde hace tiempo, pero ahora se ha convertido menos en un ejercicio intelectual y mucho más en una experiencia tangible y real .

En mis 59 años, nunca he experimentado una pandemia como esta. Simultáneamente ya estoy cansado de leer y escuchar sobre el virus COVID-19… y reacciono como adicta incontrolable a las actualizaciones de noticias que cambian rápidamente. Es fácil entender por qué las personas tienen miedo y compran con pánico, especialmente si tienen circunstancias especiales y seres queridos más vulnerables.

Personalmente, quiero hacer lo mejor para mi familia y para los demás. Al mismo tiempo, no quiero contribuir a la histeria o la escasez de artículos importantes que necesitan nuestros trabajadores de la salud. Estoy alterando mis ideas, planes y estrategias día a día a medida que la situación cambia. Estoy seguro de que tú también.

Me cuesta saber dónde obtener la información en la que puedo confiar. Aunque estoy agradecido de trabajar para una organización que tiene equipos de personas que toman decisiones para mantenernos a salvo, estoy preocupada por aquellos que no tienen la flexibilidad de trabajar desde casa y cuyos ingresos se verán muy afectados por los cierres inevitables. No tengo palabras de sabiduría sobresalientes, ningún consejo probado y verdadero, ni certeza de los próximos pasos para ofrecer a los demás. Yo, como muchos de ustedes, estoy buscando a través de la niebla de ruido para discernir qué hacer un día a la vez.

A pesar de todo el caos en mi mente, me siento (mayormente) en paz. Es alentador ver a personas ofreciendo ayuda de muchas maneras diferentes. Estoy más concentrada en lo que es más importante, redujo la velocidad por la fuerza y ​​confío en que mi familia se unirá para superar lo que suceda en el futuro.

Tengo fe en que mi Dios no está sorprendido o abrumado por todo esto y que Él todavía es amoroso, bueno y tiene el control.

Esto puede parecer ilógico para algunos, pero la fe es mi mayor fuente de esperanza y no quisiera pasar por esto sin Él.

Estoy orando por ti, quienquiera que estés leyendo esto hoy. Oro para que no tengas miedo, sino que continúas buscando respuestas – a sus preguntas de logística, del tipo ¿qué hago hoy? – y también a tus preguntas de fe más profundas. No hay preguntas estúpidas; son válidas y reales… y creo que Dios demostrará ser fiel a pesar de nuestras preocupaciones y – al fin de cuentas – proporcionará la respuesta más fuerte a nuestros temores.

¿Cómo te va en estos tiempos difíciles? ¿Cuáles son tus miedos? ¿Cómo te sostiene tu fe?


Posiblemente también te gustaría leer enfrentando nuestro miedo.

enfrentando nuestro miedo

fear ¿Qué te da miedo?

Yo no sé de ustedes, pero el miedo se ha convertido en un tema mucho más frecuente en estos días de lo que me gustaría. El terrorismo, los asesinatos basados ​​en el prejuicio, los robos violentos de hogares, las economías inestables, las elecciones de los líderes futuros, las enfermedades terminales… todos invaden a nuestros canales de medios masivos y a veces a nuestra vida personal.

La universidad de mi hija ha tenido dos amenazas de bomba en las últimas semanas. ¿Cómo puedo ayudarle a lidiar con la preocupación ineludible y el miedo que acompaña a sus días y atormenta a sus noches?

¿Cómo puedo reconocer a mis temores, pero no dejar que me controlen?

Yo sé que hay opciones básicas de sentido común que puedo poner en práctica – permanecer lejos de los alrededores obviamente peligrosos, tomar unas precauciones de seguridad, ahorrar dinero e invertir sabiamente, tomar decisiones informadas y proteger a mi salud de manera proactiva.

Sin embargo, esas acciones nunca me protejan por completo de la maldad, el quebrantamiento y dolor de este mundo.

Esa realidad provoca el miedo. Pero el miedo, más bien que me controle, puede ofrecerme una oportunidad para la reflexión, una oportunidad de considerar el peor de los casos… ¿y si me fuera a morir mañana? ¿Estoy listo?

¿Estoy en paz con mi presente?

¿Estoy viviendo cada día al máximo? ¿Tendría yo remordimientos si todo fuera a terminar mañana? ¿Permito que las cuestiones mezquinas me hagan enojada, frustrada, desanimada? ¿Tengo un conflicto no resuelto con alguien a quien amo? ¿He seguido mis sueños, dado mi todo, vivido por mis prioridades? ¿He expresado mi agradecimiento? ¿He abrazado y me he reído y he llorado?

¿Estoy en paz con mi futuro?

¿Sé adónde me voy cuando me muera? ¿Estoy segura o dudosa de esto? ¿Estoy todavía intentando merecer mi entrada al cielo? ¿El pensamiento del final de la vida me da la esperanza o el temor? Evito pensar en ese tema por completo? ¿Estoy en paz con Dios?

la paz

Si yo no tengo paz con ambos mi presente y mi futuro, ¿qué tengo que cambiar? ¿qué tengo que hacer de manera diferente con mi vida?

Una vez que la tengo, ninguna persona, lugar, ni filosofía puede robarme esa paz.

¿Cómo vences a tus miedos? ¿Cómo encuentras la paz?


Un buen artículo para leer más acera de Enfrentando lo inevitable.

esperar no es nada fácil

3 oclock

La alarma sonó a las 3:00 AM, solamente algunas pocas horas después de que mi cabeza acostó en la almohada. A regañadientes, me obligué despiertar y alistarme para alcanzar el vuelo de las 6:00 AM. Al menos, el esfuerzo y el dolor de esta hora temprana significaba que íbamos a llegar a Albuquerque a las 10:30 AM y disfrutar de un día completo con mi hermana y mi papá.

La salida a Houston fue sin complicaciones. Incluso nos dieron clase primera para ese primer vuelo. Estábamos a punto de llegar a tiempo cuando la torre negó nuestro aterrizaje debido a la niebla en la zona. El piloto primero comunicó que tendríamos que círcularnos por encima del aeropuerto y esperar el permiso para aterrizar. Quince minutos más tarde, el piloto nos informó que no teníamos suficiente combustible para esperar más y tendríamos que aterrizar en otro aeropuerto cercano.

Ese desvío costó aproximadamente 60 minutos en el aire de ida y vuelta y otros 40 minutos en el terreno lllenando el avión de combustible. Nuestro vuelo de conexión se había ido para entonces. Bueno, pensamos, podríamos esperar que la línea aérea nos reserve un lugar para en el próximo vuelo.

Cuando la opción automática de re-booking apareció por mi teléfono, llegaríamos en Albuquerque … a las 11:00 PM (!) con un desvío a través de Denver. UGH! Básicamente todo el día perdido, esperando, sentados en los aeropuertos. No es mi idea de diversión.

Detuvimos en una mesa de servicio para buscar una mejor opción y les pedí a algunas amigas a orar para que pudíeramos encontrar un vuelo más temprano. Los textos intercambiados entre mis amigas me hicieron reír y alumbraron mi estado de ánimo. Además, ellas me ofrecieron sugerencias para aprovechar del tiempo de espera:

  • Descansar y relajarse
  • Tomar un café en el Starbucks 🙂
  • Comer algo
  • Escribir un post para el blog acerca de esperar!

También caminamos, fuimos de compras, leímos y disfrutamos de “Face-Time” con nuestros hijos. Finalmente, encontramos una 8:00 PM llegada. Con todo, el día fue largo, pero estábamos seguros y no mucho cambío como resultado. No nos requiró mucho esfuerzo llenar el tiempo y nos ayudó que no estuvimos enojados ni irritados con las personas o las circunstancias.

Recordé – una vez más – las interrupciones y los retrasos son una parte inevitable de la vida. Esperamos por las relaciones, los empleos, las curas de las enfermedades, que vuelvan los hijos pródigos a casa y que nuestra lista de sueños se haga realidad. No puedo controlar todas estas cosas, pero sí puedo controlar mi actitud mientras espero.

¿Cómo manejas las interrupciones y los retrasos de tu vida?


 

Photo credit: amyvdh / Foter / CC BY-NC