
I am preparing to walk a section of the Camino de Santiago in Spain in a few weeks. My husband and I are walking many miles each week as part of our physical endurance preparation. We are also reading “The Way is Made By Walking,” by Arthur Paul Boers, as part of our heart preparation.
The book is written by a fellow Camino pilgrim. I am a few chapters in, and the author has drawn me in with his stories and reflections. Today, in one of the chapters, he shared the Christian roots of pilgrimage and the traditions of many who traveled before us. These words challenged me and encouraged me.
God is a moving target… We need constantly to look for — and stay on the move for — God. This search keeps us unsettled. Deity is not easily tied down. Biblical faith is wary of confining divine presence too closely to one place or building, land or sactuaary, race or nation. Faithful people are repeatedly and providentially called to go elsewhere, be displaced and meet –even be — strangers, all in order to encounter our Creator more fully.
I have often felt that God is a moving target, and I have felt unsettled. But my seeking journeys, whether geographical or at a soul level, have led to personal growth and a closer connection with Him. When I step out of my comfort zone and when I am honest about questions, doubts, and disappointments from unanswered prayers, I always sense Him still walking beside me, present with me, lovingly and compassionately inviting me to continue on with Him.
Walking involves straining on the hills, stumbling over rocks, sloshing, and sliding through water and mud. It also includes warm sunbeams filtered through cool shade trees, sweet-scented blooms, and the serenade of the birds’ song in the high-above branches.
Our faith walk is similar – unknowns, challenges, discoveries, and joys. Following Jesus, one day – one step – at a time. It is ok to be unsettled. It is ok to feel displaced. This is a life-long journey. Let’s keep walking.
How has your journey been going?
En español:
Me estoy preparando para caminar un tramo del Camino de Santiago en España en unas semanas. Mi esposo y yo caminamos muchas millas cada semana como parte de nuestra preparación de resistencia física. También estamos leyendo “El camino se hace caminando”, de Arthur Paul Boers, como parte de la preparación de nuestro corazón.
El libro está escrito por un compañero peregrino del Camino. Llevo algunos capítulos y el autor me ha atraído con sus historias y reflexiones. Hoy, en uno de los capítulos, compartió las raíces cristianas de la peregrinación y las tradiciones de muchos que viajaron antes que nosotros. Estas palabras me desafiaron y me alentaron.
Dios es un blanco en movimiento… Necesitamos buscar constantemente a Dios y mantenernos en movimiento. Esta búsqueda nos mantiene inquietos. La deidad no se ata fácilmente. La fe bíblica tiene cuidado de limitar demasiado la presencia divina a un lugar o edificio, tierra o santuario, raza o nación. Los fieles son llamados repetida y providencialmente a ir a otros lugares, ser desplazados y encontrarse, incluso ser, extranjeros, todo para encontrar más plenamente a nuestro Creador.
A menudo he sentido que Dios es un blanco en movimiento y me he sentido inquieto. Pero mis viajes de búsqueda, ya sean geográficos o a nivel del alma, me han llevado al crecimiento personal y a una conexión más cercana con Él. Cuando salgo de mi zona de confort y cuando soy honesta acerca de las preguntas, dudas y desilusiones de las oraciones sin respuesta, siempre lo siento caminando a mi lado, presente conmigo, invitándome amorosa y compasivamente a continuar con Él.
Caminar implica esforzarse en las colinas, tropezar con las rocas, chapotear y deslizarse por el agua y el barro. También incluye cálidos rayos de sol filtrados a través de la fresca sombra de los árboles, flores de dulce aroma y la serenata del canto de los pájaros en las ramas altas.
Nuestro camino de fe es similar: cosas desconocidas, desafíos, descubrimientos y alegrías. Siguiendo a Jesús, cada día, un paso a la vez. Está bien estar inquieto. Está bien sentirse desplazado. Este es un viaje de toda la vida. Sigamos caminando.
¿Cómo ha ido tu viaje?