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En 2014, redujimos el tamaño de nuestra casa cambiando a un condominio como nuevos padres del “nido vacío”. Todos nuestros hijos vivían en otros estados y queríamos un lugar más pequeño, fácil de cuidar y seguro para viajar, para nuestra nueva etapa de la vida. Teníamos una oficina, una habitación de invitados y una combinación de cocina/sala de estar de concepto abierto, suficiente para nosotros dos.
Avancemos rápidamente hasta 2020… el coronavirus ha cambiado la situación a que cuatro de nosotros estamos viviendo y trabajando desde nuestra pequeña casa, a menudo con una adicional y su dulce perrita tipo beagle durmiendo en el sofá. Los escritorios de oficina están ya en el pasillo. El dormitorio de invitados se ha convertido en un estudio de grabación. El concepto abierto en la planta baja juega tira y afloja entre dormitorio y las interrupciones del café de la mañana y las vespertinas de televisión con la familia. La educación en línea y las llamadas en conferencia buscan desesperadamente por espacios tranquilos y se batallan por mas ancho de banda.
La vida ha cambiado dramaticamente.
Somos una familia que se ama profundamente y somos conocidos como unos que requieren poca atención cuando residimos temporalmente en lugares fuera de casa.
Pero esto es diferente.
Esto no es una vacación o una visita amistosa voluntaria. Aunque algunos de nosotros habíamos elegido vivir juntos antes de la crisis del virus, ahora este acuerdo lleva el descriptor de “tenemos que“. Tenemos que permanecer adentro lejos de los demás, tenemos que ir a la escuela y trabajar desde casa, tenemos que hacer esto por… nadie sabe cuánto tiempo.
Y estamos todos juntos en este lugar con las presiones adicionales de los temores del desconocido, los problemas de salud, los desafíos de obtener alimentos y suministros, las separaciones de amigos y las restricciones de las rutinas que nos dan vida.
Todos nos estamos ajustando a nuestra manera. Nuestras personalidades y preferencias se topan unas con otras ocasionalmente. Bueno, a menudo. Algunos se sienten solos. Otros, claustrofóbicos. Algunos temen que serán la causa de la enfermedad familiar.
Existen muchos sentimientos más
que ni siquiera se pueden identificar todavía.
Una cosa en común entre todos nosotros: estamos comprometidos a superar esto juntos y superarlo después de haber aprendido y crecido, y – con la gracia de Dios – salir del otro lado como mejores personas los unos para los otros y para nuestro mundo.
Algunas de las cosas que han sido de ayuda hasta ahora:
- La comunicación: Tener una “plática de casa” – Preguntamos ¿Cómo estamos todos emocionalmente, logísticamente? Hablamos de nuestros sentimientos y también de cuánto de la interacción externa y las invitaciones internas nos hacen sentir incómodos. Tenemos la intención de reunirnos de esta manera regularmente para evaluar el bienestar de todos.
- La resolución de los conflictos: Nombramos los problemas. Cada uno de nosotros es muy diferente y respondemos de manera diferente al estrés. Queremos darnos gracia el uno al otro y no esperar que todos reaccionemos de la misma manera. Estamos intentando resolver las irritaciones y las faltas de comunicación rápidamente.
- La consistencia: He leído que los horarios regulares de vigilia y devoción/reflexión, de ejercicio y alimentación, en la medida de lo posible, son útiles cuando están confinados en el hogar.
- La creatividad: A medida que consideramos nuevas opciones, han surgido nuevas formas digitales de trabajo y educación, nuevos métodos de compra en línea, nuevos arreglos de los muebles de la casa y experimentos interesantes con nuevas recetas para usar lo que está a la mano.
- Las conexiones: El uso de la tecnología visual para conectarnos con amigos y familiares no llena nuestro vacío de distanciamiento social, pero nos ayuda a ver realmente las sonrisas… y las lágrimas. Oramos por quienes nos cuidan con las atenciones médicas, los que realizan trabajos esenciales y los que se enferman o los que intentan desesperadamente evitar ese riesgo.
- La creación y el sol: Estamos saliendo lo más posible. Para algunos de ustedes, una ventana abierta de corta duración puede ser todo lo que pueden manejar. Unas respiraciones profundas mientras estoy allí disminuyen mi ritmo cardíaco y calman mi alma.
Estoy seguro de que tu vida ha cambiado bastante en las últimas semanas. ¿Qué te ayuda a manejar tu nueva realidad?