Starbucks es el café de mi predilección. Siempre ordeno la misma cosa – una “grande” mezcla de la casa, fuerte, sin espacio para la crema. De vez en cuando, acompaño mi café con una saludable avena o con un no tan saludable bollo de canela. Disfruto de la atmósfera de la comunidad, los cómodos asientos para leer o estudiar, y llegar a ser un cliente “regular” cuando frecuento el mismo Starbucks por un periódo de tiempo. En especial me gusta sentirme “reconocida” cuando el despachador comienza a verter mi elección personal incluso antes de que yo llegue al mostrador.
Dada mi afición por el café, fue emocionante leer la historia de Starbucks en un libro acerca del liderazgo auténtico. Un hombre llamado Howard Schultz creó la atmósfera de Starbucks que conocemos hoy en día. Schultz quería ofrecer un lugar con la sensación de comunidad que él había experimentado en los bares de café espresso que visitó en Milán, Italia.
“El receptáculo de todas mis experiencias de vida
me formó como persona y como líder.”
~Howard Schultz
Además de la comunidad, Schultz integró otros valores de vida a la cultura de Starbucks. Schultz nació en 1957 y creció en Brooklyn, Nueva York, viviendo en los Proyectos de Vivienda Bayview. Como hijo de un chofer de camión de entregas perteneciente a la clase obrera y una mamá ama de casa, las finanzas siempre estaban apretadas, especialmente después de que su papá se lesionara el tobillo y perdiera su trabajo y su seguro médico. No existía la remuneración al trabajador en aquellos días, y un chofer lesionado era alguien inútil y prescindible.
Esos años de lucha se grabaron profundamente en la memoria de Schultz e impulsaron la visión de Schultz para dirigir una compañía que valoró y respetó al personal y ofreció salarios más altos, opciones sobre acciones y beneficios en servicios de salud incluso a empleados de medio tiempo.
La historia de Schultz contribuyó a su carácter. De su madre, Schultz escuchó en muchas ocasiones que él podría lograr lo que quisiera. Cuando Schultz vio la falta de éxito en su padre y por consiguiente su amargura, Schultz desarrolló un temor al fracaso y a la auto derrota, y se volvió determinado a lograr cosas y a alcanzar el éxito.
“Debes tener valor
para seguir un camino poco convencional.”
~Howard Schultz
A lo largo de los años, Schultz intencionalmente se “replantea” su opinión acerca de su padre y elige imitar la integridad de su padre, su ética laboral y compromiso hacia la familia. Schultz aprendió a apreciar su historia de infortunio familiar como la fuente de sus valores y sus motivaciones, y hasta el día de hoy Schultz recuerda sus humildes comienzos e intencionalmente integra su historia a su liderazgo y su compañía.
Yo estoy aprendiendo a “replantear” muchas de mis experiencias de vida también; soltando las heridas y amargura, y escogiendo resaltar y aplicar los rasgos de carácter positivos que he adquirido como resultado de luchas y tiempos difíciles.
Siempre que tomo mi café ahora, trato de recordar cómo mi historia de vida puede inspirar mi liderazgo.
¿Qué experiencias de tu historia de vida te inspiran?
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¹Más detalles de esta historia (y otras) se encuentran en el excelente libro, El auténtico norte de Bill George.