Este mes Facebook y Twitter están llenos de “nuevos comienzos”… todos con pensamientos de dejar atrás el año pasado y comenzar de nuevo. Me encanta la idea de tener nuevos comienzos, pero he estado pensando acerca del hecho de que también es importante construir encima del pasado – no solamente borrarlo y dejarlo en el olvido…
Para mí, el año pasado es importante para construir el futuro.
- el pasado me muestra dónde necesito crecer
Es una experiencia de humildad repasar el año pasado y reconocer dónde metí la pata o en dónde alguien me ha señalado que necesito crecer. Recuerdo las evaluaciones de mi trabajo que indicaron mis debilidades en mi liderazgo. Recuerdo tener que disculparme con mis compañeros de trabajo porque mi nivel de estrés me volvió crítica y gruñona. Recuerdo comentarios en mis trabajos de la maestría que me indicaban nuevos métodos de escritura que no conocía o que me desafiaban a atreverme y tomar más riesgos. Tendré muchas oportunidades para crecer este próximo año. Ya escribí de una idea de anotar algunas de estas áreas ahora para que al final del año pueda ver la diferencia.
- el pasado me recuerda que no estoy en control
Hay muchas cosas que pasaron el año pasado que no hubiera hecho de esa manera SI yo hubiera estado en control. No hubiera tenido a tanta gente querida enfrentando la muerte, o luchando contra el cáncer, o heridas por comentarios crueles, o con dificultades para pagar las deudas, o… pero no pude detener ese dolor y no pude hacer que otras cosas buenas que deseaba sucedieran. Dios es Dios, y yo no. El pasado me recuerda esa verdad, hoy y para el futuro.
- el pasado enseña que puedo tomar decisiones cada día
Tengo el poder de decidir CÓMO manejaré lo que sucede cada día. ¿Le daré la bienvenida a la adversidad con fe o con temor? ¿Trataré a la gente con amor o con juicio? ¿Pasaré tiempo en reflexión o estaré demasiado ocupada para ella? ¿Desperdiciaré mi tiempo o invertiré mi salud, energía, experiencia y recursos para el bien de otras personas? No siempre tomé las mejores decisiones el año pasado; lo sé, pero sí tomé algunas… y tengo la oportunidad de tomar nuevas decisiones hoy y en los días por venir.
- el pasado confirma que Dios es presente y es bueno
Sin importar lo que vea del pasado, me doy cuenta de que Dios redimía, restauraba, renuevaba y refrescaba – aún en las situaciones difíciles. Tuve tiempos maravillosos con mi familia, increíbles recuerdos, grande amigos, risas, metas alcanzadas… y también oré oraciones de angustia y lloré por las injusticias, tragedías y dolores de este mundo. Él siempre estaba ahí y siempre estuvo involucrado. Mis experiencias pasadas me dicen que Él estará presente y trayendo algo bueno en el año que viene.
Se dicen que, “la realidad es nuestra amiga”. El pasado es parte de nuestra realidad; el pasado es nuestro amigo. Posiblemente quieres tomar el tiempo para reflexionar acerca del año pasado en los siguientes días… aprender sus lecciones… y construir sobre ese pasado para tener un futuro aún mejor.
Me encantaría saber… ¿Qué te enseñó el año pasado?
Gran tema! Felicidades y gracias por compartirlo! ¿Qué aprendí del año pasado? Buena pregunta para pensar unos dias… pues son varias cosas en los diferentes aspectos de mi vida, pero lo primero que se me vino a la mente es que aprendí cuan valiosas son las personas que el Señor ha puesto a nuestro alrededor para nosotros, hasta para nuestra salud!
Estoy de acuerdo en que el pasado es parte de lo que somos y no podemos olvidarlo: el evento mas trascendente para nosotros: la muerte y resurrección del Señor, es un evento en el pasado del que depende no solo nuestro presente sino nuestro futuro eterno!
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Gracias por compartir tus pensamientos, May! Aprecio mucho tu perspectiva y sabiduria!
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