He tenido algunos problemas físicos últimamente y como resultado… algunas luchas emocionales y como resultado… algunos retos en las relaciones.
Parece que estoy entrando en una nueva etapa de la vida… y no me gusta mucho.
Siempre he tenido mucha energía y alto rendimiento. Tengo una buena cantidad de la auto-confianza y la inteligencia y la capacidad de fijar mi mente en algo y hacer que suceda. O al menos eso me gusta pensar.
En mi más profundo ser interior, sé que realmente no tengo control de gran parte de nada en mi vida. Pero me gusta actuar como fuese así. Hasta que… las cosas comienzan a suceder en mi vida que – obviamente – no puedo controlar. Hoy en día es relacionado con la salud, pero otras veces puede ser relacionado con las personas, o el trabajo, o el dinero, o cualquier otro tema.
Y, no me gusta.
Cuando no puedo controlar algo o alguien como yo quiero, expone el “verdadero” yo… a mí misma y a los demás. Expone mi impaciencia, mi espíritu crítico, mi frustración y mis niveles de irritación que prefiero mantener cuidadosamente guardado y oculto a los ojos del público.
Me gusta aparecer tener todo bajo control. Me gusta ser optimista y siempre con el deseo de ayudar a un amigo… no de mal humor, irritada, cansada y casi desinteresada en los problemas de otros como yo me siento en estos días.
Estoy seguro de que esta etapa pasará con el tiempo y me sentiré como “yo misma” de nuevo. Sin embargo, ha sido un buen recordatorio de que mi verdadero ser es en realidad una mezcla de muchas facetas – positivas y negativas, buenas y malas, bonitas y bastante feas. Los que me conocen bien ya saben esta verdad acerca de mí. A veces, los demás obtienen de forma inesperada una visión de mí no muy bien escondida.
Esta etapa de la vida también ha sido un buen recordatorio de que mis amigos, compañeros de trabajo y mi familia son también unas mezclas de estados de ánimo, de actitudes y de niveles de energía. Los encuentro en sus días buenos y sus días malos. Altos y bajos. Divertidos y no tan divertidos. Todo el paquete. Las partes que amo, las partes que tolero y las partes que prefiero no experimentar.
De la misma manera que lo hacen conmigo. Somos todos un paquete. Algunos días tenemos mucho que ofrecer. En otros días tenemos una gran cantidad de necesidades. Estamos hechos para vivir en comunidad en un ritmo de dar y recibir. Que Dios me ayude a abrazar a todo el paquete y dar a otros la misma aceptación y la gracia y el amor que he recibido en estos días.
¿Qué haces cuando no te sientes como tu mejor tú? ¿Cómo respondes a los demás en sus días / semanas / meses / años difíciles?
Gracias x compartirlo. De verdad a veces es asi, nos guste o no. Animo!!
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Así es la vida… es mejor vivirla en comunidad con otros! Muchas gracias por visitar y animarme!
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