Yo estaba en el patio, disfrutando de una deliciosa cena a la parrilla con mi marido. Era tranquilo, un poco fresco (en Orlando 🙂 ) y tranquilo. Estábamos disfrutando del paisaje, la conversación amena y la buena comida.
De repente lo vi.
Una burbuja en el techo del porche. ¿Qué es eso? ¡No estuvo allí antes! No se ve bien…
La opinión de un amigo, una charla con el vecino, una llamada a la Asociación de Propietarios y una visita del constructor – todos confirmaron – una pequeña pieza faltante de tapajuntas en el techo significaba que la lluvia se metiera bajo las tejas… y pasara por la madera… e hinchara la pintura… y causara un gran lío.
Semanas después, he tenido muchos hombres colgados de mi techo y he visto la luz del día donde no se debe ver. He oído un montón de gente echando la culpa – el constructor debería haber supervisado, los instaladores del techo deberían haber hecho mejor las cosas, los hombres de inspección deberían haberlo visto (resulta que en realidad ya no suben al techo para una inspección), los obreros del estuco deberían haber dicho algo, igual los pintores… y así sucesivamente.
Ha habido una gran cantidad de trabajo para reparar un pequeño detalle que no se hizo bien la primera vez.
La falta de un pieza corta de tapajuntas que costaba sólo tres dólares, ha requerido 15 o más personas que visitaran mi casa, mucho papel de alquitrán y tejas tirados fuera y sustituidos, madera contrachapada cortada y clavada de nuevo, inspecciones de moho, nuevo estuco y pintura nueva. Otras inspecciones se realizaron en todo nuestro techo y los techos de todas las otras casas construidas por la misma empresa en nuestro barrio. Miles de dólares en mano de obra y materiales. ¡que horror!
En mi trabajo, yo también soy parte de una obra de “remodelación” con un proyecto de capacitación que faltaba algunas piezas “pequeñas”. Ha sido diez veces más difícil “arreglar” el trabajo que hubiera sido el crearlo bien en el principio. Una base sólida pudiera haber ahorrado un montón de tiempo, frustración, y culpa echada… y resultado en un mejor producto.
Estos fiascos me hicieron pensar en mis propios esfuerzos y trabajo. ¿Le doy mi mejor en todo lo que hago? ¿Estoy comprometida con un trabajo de calidad? ¿O intento apurarlo y pierdo detalles importantes? ¿Superviso bien? ¿Hablo cuando veo que alguien no está haciendo un trabajo de calidad? ¿O simplemente me preocupo por mi parte?
Todo el trabajo – la construcción de viviendas o el escribir materiales de capacitación – requiere que todos los involucrados hagan un trabajo de calidad para crear un trabajo de calidad. Es mucho más fácil hacer las cosas bien la primera vez.
¿Qué piensas? ¿Qué te hace comprometirte a hacer las cosas bien? ¿O qué te lo difícil para ti?