Jesse amó abundante, creativa y sacrificialmente. Un hombre con fallas y debilidades humanas, le entregó todo su corazón a mi mamá cuando se casó con ella. Nunca hubo duda alguna – su amor fue grandioso – podría haber sido su mayor testimonio en esta tierra – su incuestionable amor por ella.
Siempre me impresionó que nunca salió de la casa sin darle un beso de despedida a mi mamá. Ellos disfrutaron tiempo juntos – vacaciones familiares, sembrar flores, viajes a la playa, reuniones con amigos de antaño. Placeres simples llenaron sus últimos días – caminatas tranquilas para ver a los patos del estanque cercano, ver deportes por la TV, un día en el casino.
Le compró todo lo que creyó que la haría feliz. Quería consentirla y devolvía y compraba las cosas de nuevo hasta que fuera justo lo que ella quería. Mi mamá no siempre fue fácil de complacer, pero él nunca dejó de intentarlo.
Preparaba sus comidas favoritas. Las favoritas de Nuevo México – enchiladas y estofado de chile verde – eran las deliciosas especialidades. Jesse mantenía el tazón de helado y la taza de café de mamá siempre llenos.
Como suele suceder, no faltaban las palabras de impaciencia y molestia en ocasiones, pero también se reconocía el error en eso y llegaban las disculpas y perdón rápido.
Jesse no sólo amó a mi mamá, sino a la familia también. Siempre nos hizo sentir cordialmente invitados a su casa, nos saludaba y se despedía de nosotros con un abrazo. Preguntaba por nuestros hijos y se alegraba en los logros que éstos tenían.
Cuando Jesse estuvo muy enfermo en el hospital, le dijo a un amigo que tenía que ir a casa para cuidar de mi mamá. Él quería cuidarla hasta el último instante.
Dios tenía otros planes. Se llevó a Jesse antes que a mi mamá, a pesar de que es ella la que tiene cáncer de etapa cuatro. Mi mamá terminó cuidándole a él, tiernamente limpiando, calmando, permaneciendo a su lado. El “plan” no era que él se fuera primero, pero le dio a mi mamá la oportunidad de dulcemente regresar ese amor en sus últimos días. Ella lo extrañará mucho.
Jesse ha puesto un estándar muy alto. Sé que yo podría hacer más para demostrar amor por otros cada día.
Cuando me haya ido, me pregunto qué es lo que la gente dirá acerca de cómo les amé…
¿Demuestras un amor abundante, creativo y sacrificial por otros?
Hermosa historia.. thanks for sharing!!!
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Gracias. Jesse fue un hombre muy querido y un gran ejemplo para muchos.
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