Lo pasamos increíble subiendo el volcán Iztaccihuatl el sábado. (Aquí puedes leer el blog que mi esposo escribió acerca de la leyenda del volcán.) Fue una subida demandante a través de la nieve a más de 16,000 pies de altura. Aprendí algunas lecciones importantes de esta experiencia; no quiero olvidarlas porque creo que son muy relevantes para la vida y el liderazgo.
- Esfuérzate más allá de la zona de comodidad
Este tipo de caminata no es una actividad diaria normal para ninguno en nuestro grupo. Fue difícil física y emocionalmente… las piernas dolieron; los pulmones estaban adoloridos; el frio nos agobiaba; nauseas y dolor de cabeza nos tomaron por sorpresa; miedo y pánico nos atacaron; el agotamiento fue real. Sin embargo, al final, incluso aquellos que sufrieron más declararon que fue una (horriblemente) increíble experiencia.
¿No es verdad que frecuentemente alcanzamos grandes logros solamente a través de una lucha agonizante? Hay algo muy satisfactorio en esforzarte a través del desafío y lograr algo que vale la pena. ¿Dónde puedo esforzarme más allá de mi zona de comodidad a un desafío mayor… física, emocional, espiritual, relacional, intelectualmente?
- Prepárate y cuídate
Sin duda, una rutina de ejercicios previa, ropa de poliuretano y lana abrigadora, y botas para escalar de buena calidad hicieron la subida más fácil. Calcetines, gorros y guantes extras fueron útiles, al igual que el té de limón y las pastillas de ibuprofeno y “Excedrin”. También fue importante tomar mucha agua y ponerse varias veces protector solar durante el día. (Aprendí esta lección tan importante el año pasado – pagué el alto precio de tener músculos adoloridos por la deshidratación.)
No tiene sentido aceptar un gran desafío sin estar preparado. Fortalecerse con anticipación y planear bien significa que estoy lista para la prueba y que incluso puedo apoyar a otros. ¿De qué manera me estoy entrenando hoy para los desafíos del mañana? ¿Qué puedo hacer mejor para prepararme para el futuro?
- Ve con otros
A lo largo del día caminamos juntos, nos reímos, tomamos fotos y alabamos a Dios por su creación. Durante toda la subida, diferentes personas batallaron seriamente con la fatiga, el frio, el temor, el mal de montaña y el dolor mientras que otros tomaron turnos para animarse unos a otros a cada paso, acompañar a aquellos que necesitaban descansar, ayudarles y protegerlos en las pendientes traicioneras, compartimos comida/medicina/ropa, y celebramos y nos gozamos en cada logro. Estaba tan orgullosa de aquellos que perseveraron cuando fue pesado y de aquellos que sirvieron a los demás cuando estaban débiles. Creamos un increíble recuerdo y “nos agarramos confianza” por todo lo que pasamos juntos.
Nunca consideraría en hacer esa subida sola; estaba tan impresionada por todo el apoyo y la camaradería que se ofreció y que ayudó a los demás a alcanzar más de lo que podrían alcanzar solos. Necesito esta clase de equipo en todas las áreas de mi vida. ¿Quién me anima? ¿Y a quiénes estoy ayudando a lograr lo que nunca podrían hacer solos?
¿Qué has aprendido de una experiencia desafiante? ¿Estás listo(a) para la siguiente?
Esta lectura me ayudó a darme cuenta de que debo estar preparada no solo para triunfar frente a mis desafios sino para tener la fortaleza suficiente para apoyar a otros a alcanzar los suyos. Gran relexión Terry. Mi felicitación y reconocimiento a todos los que participaron en la escalada!
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Gracias, May! Sí, fue un gran desafío… y un gran gozo también! Muchas enseñazas en el camino!
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