¿Alguna vez has estado tan frustrado y enojado que no estabas seguro de lo que podrías llegar a hacer? Alguien no hizo lo que le tocaba, te dejó desprotegido, te criticó injustamente, o tomó el reconocimiento que no le correspondía… Al estar asesorando a alguien con su ira el otro día, me di cuenta de que me estaba “hablando a mí misma”. Decidí mejor escribir mis propios consejos… ¡quizá los necesitaré mañana!
1. Ventilar y validar – He aprendido que está bien “sacarlo” con una persona CONFIABLE. La ira y la frustración son normales, casi siempre válidas y parte de la vida. Es mucho mejor verbalizar la frustración que ahogarla en comida, drogas o alcohol…o armarme de valor y golpear a alguien. Una persona confiable no usará mi reacción en mi contra, pero puede “alejarme” de mi propio razonamiento, ver un poco de humor en mis emociones extremas o guiarme hacia Dios y la verdad espiritual en la situación – todo esto es bueno para mí y parte del proceso.
2. Considerar mi parte – Una vez que ya me calmo un poco, el siguiente paso es estar dispuesta a considerar que también pude haber tenido un poco de responsabilidad en el problema o por lo menos que puedo aprender algo a través de la situación. No importa lo que los otros hayan hecho, primero debo verme a mí misma y ver lo que puedo cambiar en mí… No quiero caer en la trampa de siempre culparles a los demás ni tener una mentalidad de víctima.
3. Encontrar algo bueno – Cuando estoy enojada, sólo puedo ver lo malo; estoy cegada a cualquier elemento positivo. Estamos en una batalla espiritual y nadie está exento. La historia prueba que nuestro enojo puede transformarse en juicio, estereotipos, u odio a todo un pueblo – un montón de cosas repugnantes. En lugar de eso, puedo pedirles ayuda a unos amigos o a Dios y disciplinarme para encontrar algo por lo cual puedo estar agradecida en medio de las circunstancias difíciles.
4. Hacer un seguimiento – A veces necesito lidiar con la causa de la frustración y la ira y al iniciar una conversación difícil, reclamar restitución, o aplicar consecuencias… si recae bajo mi autoridad o mi responsibilidad, necesito hacer un seguimiento y llevar a cabo la acción apropiada – no solamente dejar que se resbale y seguir quejándome a espaldas de la gente. Si no hay “algo” que pueda hacer, ¡de todas formas puedo revisar los pasos del 1 al 3!
¿Cómo manejas tú la ira?
Gracias Terry. Excelente tema. 🙂
LikeLike
Gracias a ti, Eneyda! Aprecio mucho que leas y comentes!
LikeLike
Gracias por puntualizar aspectos tan objetivos. Estoy tratando de memorizarlos, pero creo que frecuéntemente tendré que volver a visitar ésta página para recordarmelos cada vez! 🙂
LikeLike
A mí tmb me ayudaría memorizarlos! 🙂
LikeLike
buenisimo tema
LikeLike
Buenísimo tema
LikeLike
Lo escribí de la vida real y mi propia necesidad! 🙂 Gracias por visitarme acá, Martita…
LikeLike