Soy una cazadora de casa. Espero que sólo por un poquito más de tiempo. Mi esposo y yo nos estamos estableciendo en una nueva ciudad y estamos buscando un lugar donde vivir. Hemos rentado en el extranjero por mucho tiempo. Ahora compraremos una casa.
Ha sido todo un proceso.
He recibido correos por meses que me han tentado con las nuevas ofertas dentro de mi supuesto rango de precio. Hemos recurrido a un agente de bienes raíces para que nos ayude. Amigos nos han hecho sugerencias. Hemos escaneado las páginas de internet de bienes raíces. Hemos mirado muchos mapas y manejado muchos kilómetros en muchos vecindarios y caminado en muchas posibles futuras casas. Precios por metro cuadrado, cuotas de mantenimiento, distribución de la habitación y tamaños, acabados y servicios abruman nuestras conversaciones.
¿Cuál es mi estilo?
¿Qué me gusta? ¿Qué es lo que quiero? ¿Pequeño o grande? ¿Moderno o acogedor? ¿Privado o comunitario? ¿Listo para habitarse o con necesidad de hacer reparaciones? ¿Con jardincito o sin preocupaciones? ¿Cerca del distrito escolar o del centro comercial? ¿Estirando el presupuesto o viviendo con sencillez?
Compararse con otros empeora las cosas. Conocemos a muchas personas en el área. Algunos viven en hermosas y espaciosas casas; otros en pequeños y eficientes condominios. Algunos tienen alberca; otros la vista hacia el lago. Algunas casas están sorprendentemente decoradas y organizadas; otras están desordenadas y con necesidad de algunas mejoras.
He reflexionado sobre todo acerca de mi.
Hubo una época en que mis decisiones tenían más que ver con mis hijos y mi trabajo. Lo que ellos necesitaban era una prioridad y simplificaba las opciones. Hoy en día tengo muy pocas necesidades reales en una casa, por lo que es sólo mi estilo de vida lo que hace la determinación. ¿Cómo quiero pasar mi tiempo? ¿Qué es lo más importante para mi?
Quiero estar bien con quien yo soy y mis decisiones y no sentir la presión de ser como alguien más.
Creo que la presión y la comparación siempre estarán allí. Incluso a mi edad, aún lucho con querer que otros me quieran, desear encajar y querer ser alguien que no soy. A veces algunas personas lo hacen más difícil… al cuestionar mis deseos y decisiones. ¿Estás segura de que es eso lo que quieres? ¿No preferirías tener esto?
Con los años se ha hecho más sencillo. Estoy sintiéndome cada vez más cómoda en mi propia piel, pero no se sí algún día lo superar por completo.
Así que la búsqueda continúa… por mi casa… y por mi propia identidad.
¿Cómo lidias con decisiones y comparaciones? ¿Qué te ayuda a sentirte contento con tu identidad creada de manera única?
En verdad es difícil no dejarse presionar, pero cuando uno lo logra da mucha tranquilidad. A mi me ayuda pensar en los principios de Jesús para escoger su estilo de vida cuando estuvo aquí en la tierra. Sin llegar a extremos y aplicando a mi realidad particular, me ayuda a enfocarme pensar en Sus prioridades. Por otro lado ¡qué emoción con lo de tu casa Terry!
LikeLike
Gracias, Mayra! Sí, Él es nuestro mejor ejemplo y guía. Ya estamos en el proceso de comprar una… espero que nos visiten algún día! 🙂
LikeLike
Eso sería fantástico! Gracias
LikeLike