amando (esta) navidad

Siembre he amado la Navidad.

Christmas
Mis padres crearon tradiciones navideñas llenas de asombro y sorpresa. La Navidad no llegaba a nuestra casa hasta la mañana de Navidad… porque Santa traía todo! Después de que los pequeños colocábamos las galletas y leche de Santa y nos íbamos a la cama, Mamá y Papá comenzaban la gigantesca tarea nocturna de llenar las medias, armar y decorar el árbol, montar los juguetes y colocar las montañas de regalos en montones individuales. No tengo idea de cómo mis padres lograban funcionar la mañana siguiente, pero sé que tazas con café muy calientes eran indispensables mientras que los niños desgarrábamos las atiborradas medias sobre la cama de Mamá y Papá. Cuando terminábamos de abrir las medias y Mamá y Papá permanecían semi despiertos, ansiosamente nos deslizábamos por el pasillo aguardando con mucha expectativa en la puerta cerrada de la sala. Después de que pasaba una eternidad, Papá abría lentamente la puerta hacía al mágico mundo de la Navidad! Aún puedo experimentar el sentimiento de asombro del primer vistazo al enorme y brillante árbol y a la gran colección de luminosos y radiantes regalos que esperaban por nosotros.

Con mi propia familia, la navidad llegó con verdor y bayas que envolvían las escaleras y pilares, luces exteriores en los tejados y ventanas y decoraciones en cada esquina de la casa… entreteniendo a las visitas, bolsas de arroz para protegernos del frío, galletas de azúcar decoradas con diferentes estilos dependiendo de la creatividad de los niños y los tradicionales roles de canela que comíamos tranquilamente en la mañana de navidad mientras abríamos las medias y los regalos uno por uno. También teníamos un árbol grande – pero con cordura dimos inicio a una nueva rutina de armarlo con la ayuda de todos y con semanas de anticipación. Ya que vivimos en México, a veces añadimos la cena de Noche Buena, chocolate caliente y piñatas nocturnas. El servicio de encender las velas en Noche Buena y una colección de nacimientos navideños nos ayudaban a recordar a Jesús en medio de la locura.

Este año, vivimos en Orlando, Florida en un pequeño departamento. La mayor parte de mis decoraciones las regalé durante la mudanza; la tradición de los largos días de decoración duró solamente unas cuantas horas. Es caluroso y soleado afuera; los hombres de nieve y árboles congelados parecen extrañamente estar fuera de lugar. No hay niños en la casa, no hay medias que llenar, no hay montones de regalos debajo del árbol y no hay motivación para hornear galletas de azúcar que no debemos comer.

Así que me pregunto… ¿qué es realmente la Navidad? ¿Es el asombroso encanto de los niños por el esplendor y los regalos? ¿Son las bonitas decoraciones, compra de regalos y comidas favoritas? ¿Son los momentos familiares especiales, tradiciones o servicios de la iglesia? Todos son buenos, y al paso los años los he disfrutado todos… pero ninguno es la verdadera esencia de la Navidad. Este año, como gran parte de la Navidad normal ha cambiado, me doy cuenta que de hecho he recibido un maravilloso regalo — la oportunidad de concentrarme intencionalmente en Cristo. Hay muy pocas distracciones, entonces hay más paz y más tiempo para pasarla con Él. Sé que asistiremos a fiestas y eventos, compraremos un poco y hornearemos (para regalar :)), pero particularmente estoy emocionada de pasar momentos sin prisa, tranquilos y especiales con Jesús este año. Creo que esto puede convertirse en la clase de Navidad que ame más.

¿Qué es lo que más amas de la Navidad?

5 thoughts on “amando (esta) navidad

  1. Creo que los recuerdos es lo que siempre queda, aquellos preciosos momentos que compartimos y que tal vez no sabiamos que tanto iban a significar en los tiempos en que ellos, los niños de la casa, ya no estuvieran mas.

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